A priori parece claro que en la relación de un profesional que presta su imagen a una empresa el valor lo aporta el primero y el beneficiado es el segundo.
Esta afirmación tal vez pudiera aplicarse a la mayoría de los casos, salvo en el de aquellas grandes empresas o firmas cuyos atributos son de sobra conocidos. En estos casos, casos como Nespresso, Apple o Chanel, relacionarnos con estas casas podría aportar un toque de glamour o modernidad a nuestra imagen, y sería por tanto la empresa la que estaría aportando valor al artista o deportista que ejerce de embajador.
Pero si profundizamos más en este tipo de colaboraciones, descubriremos que lo correcto sería decir que el beneficio lo obtienen ambas partes, y más aún, esto debiera ser lo que busquemos, añadir y recibir valor. No existe una fórmula mágica para que esta simbiosis triunfe, aunque si podemos dar los pasos correctos para conseguirlo.
Primero de todo y como dicen los ingleses “think out of the box”. La relación puramente comercial entre una firma y un embajador resulta ahora demasiado simplista. Hay que buscar nuevas opciones, opciones por ejemplo en las que el profesional ponga sus cualidades al servicio de una marca, y que logren difundir sus valores tan fuerte y tan lejos como sea posible, sin necesidad de vender nada.
Pero para lograr el éxito hay que contar siempre con expertos. Hoy en día parece que ya ningún artista o deportista se aventuraría a colgar en su perfil en las redes sociales ninguna opinión que no esté consensuada con expertos asesores en la materia. Del mismo modo, antes de emprender una relación con una firma debemos definir una estrategia clara, qué queremos conseguir, a quién queremos llegar, qué queremos demostrar,…
Profesionales del mundo del marketing parecen los compañeros perfectos en esta contienda. Expertos que nos ayuden a dar forma a nuestra idea, a buscar los partners adecuados, a atar los cabos sueltos y en definitiva a lograr los objetivos que nos marcamos en un principio. Lapsforlife93 es un claro ejemplo de éxito de esta fórmula. Un deportista y una empresa que obtienen beneficio mutuo y logran los objetivos marcados.
Las fórmulas tradicionales están cada día más obsoletas, las nuevas tecnologías, la forma de comunicarse, el modo en el que el público percibe los mensajes han cambiado. La inteligencia emocional es un valor al alza que debemos cuidar y saber explotar. Empatizar con el público es fundamental y será un valor más que podremos poner sobre la mesa cuando estemos planteando una nueva relación profesional/empresa.
Firmado: Laura Suárez Pajares. Experiencia Profesional SANTANDER ASSET MANAGEMENT. Directora de Marketing España